#29. Un regreso estelar
Versos grabados en el celular mutan a una crónica meta-física de un cuerpo medio vago que quiere volver al ruedo
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17/10/24
Si encaro por la cuadra par
veo un gato blanquinegro
Si voy por la impar (oeste)
un gato azul, un Buri
Un tipo lee
dos flyers:
sinergia y sincronía
y yo, ¿quién soy?
Una escena
El hombre que atiende el gimnasio tiene entre 40 y 45 años. Habla de series, películas y música. Podría ser mi hermano mayor o mi amigo. Tranquilamente pasaría por el hijo de Mimí. Cuando digo que habla solo es real. Por el tono con que articula sus oraciones parecen estar destinados a alguien. Las primeras dos o tres veces respondo sin éxito. Siento que lo saco de un viaje. Cambio de rol: de interlocutor a escucha.
Sale.
Va hasta el bicicletero. ¡Tschu Tschu! ¡Fuera Beto! Le dice a un pájaro con pinta de doradito limón al que se le dio por picotear la rueda de su vehículo.
Compruebo que todo tiene nombre en este lugar. El pájaro. Los dinosaurios que descansan en las planteras. El perro que una vecina mató en un ataque de nervios, según logré reconstruir. Los aparatos y nosotros.
3/10/24
Voy por Lavalle: danza de palomas
vientito diarreico todo ser viviente
quiere ser visto
La rutina del día dos arranca con abdominales. ¡Hace cuánto no miraba el techo, Juancho! Mimí entra sin avisar. Se presenta. “Quiero tomar clases”. Tiene entre 70 y 80. “Los años no vienen solos”, ladra al pasar.
3/10/24: Volviendo a casa
Nací en la ciudad de Santa Fe, un martes 8 de abril de 1986 a las 22:15 hs. Mi entorno, salvo una excepcional jungla doméstica en el barrio Villa María Selva y la querida pozilga, fueron edificios. Urbanísimo. Pero cuando estaba abajo, en pose supina, empecé a tararear una canción de Estelares que dice: “Nací en el campo y vivo al revés”. Rebotó en el área hasta que uno de mis centrodelanteros la metió. Gol.
Yo no nací en el campo, pero vivo al revés. O pienso, al revés (algunas cosas). Y la lengua me lleva de viaje por cualquier lado. Imaginate que de la fuerza física, del músculo, llegué a una canción simplemente por la pose. Y de ahí, obviando a Sumo (“Yo estoy al derecho / dado vuelta estás vos”), aterricé en otra letra de Manuel Moretti. Un poema encubierto por melodía y armonía (el ritmo ya estaba). Copio el fragmento: “Estuve adicto a la televisión / estoy adicto a nada que hacer / Sólo mirar el techo y esperar / y ver el mundo al revés”.
10/12/24
Parece que yendo al gimnasio, hechizado por el barrio Candioti de mañana, me oigo decir un poema que grabo en el celular. Treinta segundos que capturan una escena con pizcas de realismo mágico:
La raíz del árbol teje
una alfombra mágica
de madera, niños y niñas
juegan a hamacarse
31/10/24
Llego por la vereda de enfrente del gatito negro y blanco. Se llamará Malubi (o Lubec). Responde al nombre de Sakura. Qué linda tapera que tengo yo.
Oscar, mi primer entrenador
“Fue en 2002-2003: de noviembre diciembre hasta la inundación. Vos fuiste dos o tres semanas más que yo. Diez años después empecé natación.
Oscar no tenía pinta de ser el dueño de un gimnasio. Miraba Misterios sin resolver. Me preguntaba por la radio, dice que una vez me escuchó.
Me acuerdo que por ahí estaba al pedo y nos decía de ir a comprarle yogur en el kiosco de a la vuelta. El tipo que atendía creo que murió. Íbamos, le pedíamos y nos daba. Si necesitás algo más, avisame”.
Guille