Hola, ¿cómo estás?
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Balance (va-lance)
Según una encuesta informal en base a devoluciones de la comunidad lectora, el newsletter más leído es el #6: La importancia de llamarse Leonardo. Además de una buena tasa de interacciones, hubo una ristra asincrónica de comentarios en encuentros callejeros, audios de WhatsApp y mensajes de texto.
A un mes de su publicación:
Me dijeron Leandro un periodista, un productor y un músico
Me pidieron perdón quienes alguna vez se confundieron
Me contaron anécdotas parecidas con otros nombres y apellidos
Más de uno ríe con la ocurrencia. Alfredo lo lee mientras espera a su padre en sesión de kinesio. La kinesesión, ¿aún no se le ocurrió a nadie? ¿Posta? © No voy a revisitar la mini-obra porque “la fórmula del éxito” (jaja) nunca se repite. Sólo quiero hacer notar una curiosidad. En el panel de Substack, al preparar el newsletter se puede Elegir autor. En cada una de las publicaciones yo seleccioné Leonardo Pez. Hasta la #6. Se ve que era tal la importancia de llamarse Leonardo que me terminé olvidando de mí.
El bocha
Elegir autor es lo que hace un artista callejero. No sé si termina de aplicar al Bocha Sarmiento. Parado, cabeza ligeramente hacia abajo, diagonal, guitarra metidadentro, canturreo bajito. Haciendo de la peatonal una galería a cielo abierto. Cada noche a la salida de la radio lo cruzo. Solo, generalmente. Debo confesar: vi en él a Nebbia. La única que vez que di con él en otra locación fue cuando lo hicieron entrar a un show de Pedro Aznar. Justicia poética.
Por un posteo de su sobrino Milton en Facebook me entero que murió. Puzzle de mensajes. Leo comentarios para armar la figura invisible de todos los días. Parece que de un paro. Todo parece cuando no hay historia oficial. El lunes tipo ocho lo busco en San Martín y Tucumán. Requiso visualmente la peatonal. Están el violinista flaco, el pibe de voz desgarrada, el flaco del karaoke, el loco que canta Viejas Locas y NTVG, dos o tres pelando oficio a capella, el flaco que canta tangos mientras camina (y deja pausa entre estrofas). Pero Bocha no está.
Hablo con Milton. Generosamente me pasa una letra escrita puño y letra por su tío. “A él le gustaba mucho el blues, no sé si serán letras de otros… esta no”.
Dejo flotando apodo y apellido en mi mente. Tarde me pongo a jugar. Sale este anagrama que es como un género palpitante: cantar bohemio(s). Sale justo un 29 de octubre, día en que murió -hace 43 años- Georges Brassens. Artista de los márgenes si los hay.
Codita
¿Y qué hacemos con la ese que sobra?
Nada, somos orgullosamente santafesino’.