Hola, ¿cómo estás?
👾 En este último posteo del año quiero saludar y celebrar a los y las 325 suscriptores y suscriptoras. Les confieso que es una alegría enorme la comunidad que logramos construir en 5 meses. Me llenaron de emoción todos los mensajes que fui recibiendo desde fines de julio con lecturas que superaron ampliamente mis búsquedas cada martes frente al teclado. Como asiduo juguetón con palabras y números, no deja de sorprenderme que el envío final de 2024 sea el número 24 justamente. Les agradezco el tiempo dedicado a la lectura de estas derivas y les deseo un feliz inicio de año ¡con la convicción de que 2025 nos encontrará más cerca aún! 🎉
Nada ando
Tengo una pierna (la derecha) cruzada sobre la otra (izquierda). Escribí obra (taché), el oficio (de estar quemado). El corrector de Google Drive señala y propone (la obra). La obra de mi oficio está en destrucción.
Demolición de mi arquitectura personal. 31 de diciembre troza mis pedazos. El balance es un pedazo de vidrio que corta (desarma y sangra)
Escribo esto con las piernas enroscadas (soy un mueble de mimbre rompiéndose por las garras de mi gato). Estoy nervioso.
Cambio y fuera
Si hay algo que me sale son los balances (no digo que me gusten, me salen). Como buen sobreviviente de su adolescencia, poner blanco sobre negro (mejor grises) (mejor todavía colores) me ayudó a sacar la cabeza fuera del pozo.
Metáfora y realidad. Pozo-pozilga-pócima posible
Dejar de vivir en el barrio “El Pozo” estuvo bien para oxigenar el vértigo, para romper el gueto. Pero eso, sumado al cambio a una escuela de varones fue casi un producto marca ACME. No pocas veces vuelvo a estos lugares (pero ahora con otra cara, desde que terminé el poema “Todo bien, Pez?” LÉANLO POR FAVOR).
Cuando huelo que algo no anda bien pregunto: Todo bien? (ups)
Una vez que le dije a mi terapeuta que yo me ahogo en un vaso de agua, ella me respondió “Pero salís nadando”. Nada, ando saliendo de estos pensamientos intrusivos de la mejor forma que sé: escribiendo (o sea, balanceando).
Cambios adentro
Agradecé que tenés laburo
Este año fue duro en el plano laboral (abro pliegues). Cobré todo el año lo mismo. El alquiler casi se decuplicó (jaja qué palabrita) entre enero y diciembre. Con lo que ganaba en la escuela y pagaba la mitad del alquiler empecé a bancar un par de salidas al mes. Ahí se abrió otro pliegue: lo bueno este año fue que sostuve los trabajos.
Ajá
Otro pliegue [ese que se arma en el espacio vacío entre “saber que se acaba lo que se daba” pero “tener un puchito”]: me lancé a mi propia web y al newsletter. Autocrítica: debo tratar de sostener ambas cosas a la vez (ya volveré por Usted, mi noble página web, madre de Bicho redactor).
El trabajo me hizo leer
Como dijo
en su último posteo (Listas): “No importa el número”. Decir esto en una sociedad que se mide por el algoritmo es una postura política (a la que adhiero). Quiero agradecer los autores que pude conocer. Este año leí muchas narradoras latinoamericanas -especialmente argentinas y chilenas-, leí la poesía completa de Mirta Rosenberg, leí ensayos de diversa índole (sociología, psicoanálisis, viajes, arte) y alguna que otra biografía. Sobre una parte de mis lecturas escribí en el diario, en la web, aquí mismo. Pero, fundamentalmente, hablé en el reducido espacio radial (suerte de trinchera) que pude armar, más menos, con mi impronta.Cierro pliegues
El otro cambio, lxs que vinieron
¿Quiénes vinieron a visitarme o a quedarse a lo largo de estos 365 días? Vino el mar y mi amor oculto hacia él. Vino un clavo en mi muñeca izquierda (escafoides), luego una férula (cada vez más chica) y medicamentos. Vinieron rayos X y kinesiología. Vino (bien) viajar a Buenos Aires
en avión
/ en auto
/ en colectivo
Vino el interés repentino por el físico: ir al nutricionista (antes de abandonar), volver al gimnasio después de 15 años. Vino Bicho sin dueño. Y con él, vino una comunidad lectora que me conmueve. Parece que vino el amor también.
El año que viene les actualizo cómo sigue todo
Cambio y fuera
¡Feliz Año, Leo! Siempre contento y agradecido de habernos conocido. Tu news ya es parte de mi ritual cotidiano pre-laburo: la notificación de cada nuevo número me llega durante el desayuno y es como leer el diario en la mesa, aunque muchísimo mejor. Un abrazo enorme para vos y para tu hermano y muchas felicidades.